El próximo día 5 de mayo a las 11 am abro el The Creative FEST.
Hablaré de mi trabajo, de mis proyectos y un poco de mi trayectoria.
30.4.18
26.4.18
El ballet de una gordita
Hoy en Montana Gallery 1/4 de la serie 'El ballet de una gordita' (ver aquí) una de mis series favoritas.
Un proyecto en el que he invitado a participar al compositor Perdi Rominger y al director de cine Adrián Morales.
Ballet de una gordita, 2015.
Spray on paper Hahnemüehle 400gr.
82 x 107 cm.
Cuatro piezas que muestran 4 momentos del Ballet desde el inicio hasta su momento más álgido.
Música:
Texto.
1.
Mi brazo derecho empieza a elevarse torpemente intentando acoplarse a unas notas que no las reconozco. Mientras, mi otro brazo hasta ahora inerte le sigue los pasos con la misma torpeza, cuando lo ve arriba. La punta de mi pie derecho se arrastra tropezando en todas las imperfecciones que tiene el suelo. Me siento torpe y lenta.
Miro hacia arriba y veo que mis brazos se han reunido en lo mas alto a lo que puedo llegar, y eso, me da fuerzas para seguir en movimiento.
2.
Bajo los brazos lentamente intentando que se acompañen en la trayectoria el uno al otro. Uno de ellos, no se predecir cual, choca con mi cadera, esa que te gustaba agarrar. Ni siquiera puedo percibir cual de los dos ha sido. Pero siento que se ha dado cuenta de ello y sigue su trayectoria como si no hubiera pasado, ahora sabe que cada nota tiene su lugar. Abro los brazos y noto como todo mi cuerpo los sigue sin preguntar, sin mostrar resistencia. noto sus respiraciones por mis poros. El mismo oxigeno que me gustaba respirar.
3.
Mi pie derecho que me parecía torpe hacia un momento lanza una patada y termina colocándose junto a su gemelo en el punto exacto de una nota. Muevo los brazos hacia arriba intentando atrapar cada nota y me agarro fuertemente a cada una de ellas como si fueran ladrillos que se deshacen y caen. Ladrillos de un muro que estaba para que no pudiera salir. Y que, en su momento, construí para que no pudieran entrar. Cada nota tiene un sentido y un lugar, y ahora sé el punto exacto en donde se encuentran y que es lo que quieren de mi.
4.
Empiezo a mover frenéticamente todas mis extremidades con un movimiento tras otro calculado. Movimientos nunca vistos, nunca hechos y nunca mas repetibles. Cada segundo inédito se van enlazando con el siguiente, de forma tan natural, que se me hace extraño estar en el foco y de espectadora al mismo tiempo, sin ni siquiera tener que pensarlo. Tan perfecto para mi, que seria incomprensible para cualquier otro. La música espera mis acciones y yo la espero a ella. Las notas me pertenecen tanto como este momento. Ya no puedo parar. Y sonrío al pensar, que la siguiente vez que te vea esta canción no será tuya, será mía.
Un proyecto en el que he invitado a participar al compositor Perdi Rominger y al director de cine Adrián Morales.
Ballet de una gordita, 2015.
Spray on paper Hahnemüehle 400gr.
82 x 107 cm.
Cuatro piezas que muestran 4 momentos del Ballet desde el inicio hasta su momento más álgido.
Música:
Texto.
1.
Mi brazo derecho empieza a elevarse torpemente intentando acoplarse a unas notas que no las reconozco. Mientras, mi otro brazo hasta ahora inerte le sigue los pasos con la misma torpeza, cuando lo ve arriba. La punta de mi pie derecho se arrastra tropezando en todas las imperfecciones que tiene el suelo. Me siento torpe y lenta.
Miro hacia arriba y veo que mis brazos se han reunido en lo mas alto a lo que puedo llegar, y eso, me da fuerzas para seguir en movimiento.
2.
Bajo los brazos lentamente intentando que se acompañen en la trayectoria el uno al otro. Uno de ellos, no se predecir cual, choca con mi cadera, esa que te gustaba agarrar. Ni siquiera puedo percibir cual de los dos ha sido. Pero siento que se ha dado cuenta de ello y sigue su trayectoria como si no hubiera pasado, ahora sabe que cada nota tiene su lugar. Abro los brazos y noto como todo mi cuerpo los sigue sin preguntar, sin mostrar resistencia. noto sus respiraciones por mis poros. El mismo oxigeno que me gustaba respirar.
3.
Mi pie derecho que me parecía torpe hacia un momento lanza una patada y termina colocándose junto a su gemelo en el punto exacto de una nota. Muevo los brazos hacia arriba intentando atrapar cada nota y me agarro fuertemente a cada una de ellas como si fueran ladrillos que se deshacen y caen. Ladrillos de un muro que estaba para que no pudiera salir. Y que, en su momento, construí para que no pudieran entrar. Cada nota tiene un sentido y un lugar, y ahora sé el punto exacto en donde se encuentran y que es lo que quieren de mi.
4.
Empiezo a mover frenéticamente todas mis extremidades con un movimiento tras otro calculado. Movimientos nunca vistos, nunca hechos y nunca mas repetibles. Cada segundo inédito se van enlazando con el siguiente, de forma tan natural, que se me hace extraño estar en el foco y de espectadora al mismo tiempo, sin ni siquiera tener que pensarlo. Tan perfecto para mi, que seria incomprensible para cualquier otro. La música espera mis acciones y yo la espero a ella. Las notas me pertenecen tanto como este momento. Ya no puedo parar. Y sonrío al pensar, que la siguiente vez que te vea esta canción no será tuya, será mía.