Lo habitual es dejar tu huella el mayor tiempo posible, de vez en cuando me gusta darle una vuelta de tuerca a las cosas aunque aveces me equivoque o sea un error.
Hacer la misma acción sin fijar, pensando de una forma románica de que alguien que lo vea se lo lleve y disfrute de esa pieza en esta ciudad capital del mundo me complace.
Un regalo para algún ciudadano de Nueva York.
Por Jean Basualto.
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