En este momento de mi carrera, experiencias personales me han llevado la necesidad de utilizar mi arte para desarrollar un discurso sobre el maltrato a las mujeres. Considero que mi madurez como pintor me da las herramientas para abordar un reto tal e iniciar esta conversación tan indispensable que invite al publico a reflexionar.
El trabajo de mi amiga Sara Catalán sobre las diferentes formas de violencia contra las mujeres me ha llevado a percibir aspectos de la sociedad que antes me pasaban desapercibidos. Estamos tan acostumbrados que pasamos por alto actitudes y situaciones que son el punto partida del maltrato. Es por esto que encuentro tan interesante traducirlo a un lenguaje visual.
A nivel técnico me encuentro con el reto de representar una situación sumamente compleja, por lo que voy construyendo las expresiones como si fuera una escultura, capa a capa, buscando los matices que la reflejen mejor.
Mi pintura no es premeditada, voy construyendo y van apareciendo expresiones hasta que consigo la que busco. En mi pieza Vejada, por ejemplo, intenté ser fiel a un sufrimiento contenido, que no fuera superficial ni obsceno, si no que la tuviera consumida. Me pregunté ¿Cómo es la expresión que quiero para que la gente tenga una reflexión sobre esto? Por lo que intenté ponerme en su lugar.
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